La aplicación del ozono llevado a el consumo de agua animal es cuestión de ecología y naturalidad. Este tratamiento ha llegado al mercado ganadero para desbancar a los productos químicos dañinos y tóxicos, que realizan muy bien su labor pero generan unos síntomas post tratamiento perjudiciales para el propio consumo del animal, para el medio ambiente y para el ganadero. La utilización de ozono sustituye totalmente el uso de garrafas, de consumibles o plásticos desechables, sustituye el riesgo/peligro tóxico del manejo de los productos químicos corrosivos, elimina la necesidad de dosificación e intercambio de garrafas o líquidos aplicandose automáticamente y tendiendo únicamente como materia prima el oxigeno ambiental, el cual se filtra y se seca para generar el ozono a través de descargas eléctricas de alto voltaje.