El tratamiento de agua para producir hielo, efectuado por un sistema de ozonización está demostrado que es uno de los más efectivos que existen, ya que no dejan efecto residual posterior al tratamiento.
Las instalaciones ideales serían partiendo de un agua más o menos buena y partiendo de una filtración para pasar posteriormente a elaborar el hielo.
La contaminación de muchos de los alimentos que se transportan o se conservan viene producida por el hielo que les rodea, por que en muchos casos no se le aplica el tratamiento adecuado.
Es normal que los cubitos de hielo fabricados con agua clorada transmitan el sabor del cloro a las bebidas donde se aplican; con ozono este caso no ocurre, ya que este no trasmite ningún olor, color o sabor que pueda alterar la calidad.