Por esta causa actualmente la implantación de ozono es la alternativa preferida, debido a su inexistente toxicidad, a sus altas propiedades como desinfectante y desodorizante y a la capacidad de no dejar residuos al finalizar su proceso. Cada cámara y lugar tienen unas condiciones diferentes, por ello la aplicación del ozono en las cámaras frigoríficas dependiendo de las condiciones de temperatura, humedad y producto a conservar variara de 0,5 a 1,5 ppm.