En estos lugares se realizan actividades físicas intensas que producen malos olores y la sensación de un ambiente cargado. Estudios publicados por científicos determinaron que la presencia de contaminantes típicos de ambientes cerrados como partículas en suspensión (polvo, químicos relacionados con las moquetas…), productos de limpieza, mobiliario, pintura, ambientadores, se encuentran en los centros deportivos en unas proporciones que sobrepasan los límites recomendados sobre la calidad del aire en un espacio cerrado.